martes, noviembre 21, 2006

DE BLOQUES EN EL MAJALIJAR



Ahí el Antoñito en uno de los bloques de calentar con el tito George cubriendo atenta y cariñosamente.


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Con este sábado pasado son ya dos los que llevamos subiendo entre chaparros y zarzas cuestarrón arriba con la colchoneta a cuestas y por turnos hasta justo debajico del Majalijar. Apalancarse allí a media mañana y echar el día hasta que el sol se cuela entre apretones, risas, canutos, estiramientos, bichos, vacas, ajedrez, almendras, caídas, mate, té y todas amigas empieza a convertirse en uno de esos gozos indescriptibles de los que igual podría decirse, sólo que por lo güeno, no por lo de los golpes tan fuertes, aquello quel Vallejo, César, sí, dizía: Hay cosas en la vida tan ferpectas... Yo qué sé. Porquesque yo qué sé, la verdad, cómo contarlo. Y es que ya lo dijo el Alex Corpas el primero de los sábados, y lo clavó:
-Joder, hace mucho mucho tiempo que no me lo paso tan bien.
Y el Lupi lo secundó el primero de todos igual de pausada y tranquilamente pa lo tíos duros que son, que era verdad, que sí. Que hacía mucho tiempo que toda la gente junta no nos lo pasábamos tan de futa mare. Y todas de repente nos dimos cuenta de que, efectivamente, era más que seguro el hecho de que desde el día en que cada cual empezó con esto de subirse por los molondros rocosos no habíamos disfrutado tanto todas juntas como hasta el sábado de hace dos semanas que tuvimos la no sé si llamarla revelación de que hay que ir a hacer bloque de vez en cuando para estar con la gente en otra forma y con una misma distinta, mejor, más tranquila, más aquí. Sigo sin saber por qué es que pasan estas cosas de repente azín que: Yon qué zé si mestoy espricando o no. Loqués es queste sábado tiramos para allá seguro, tú. Sólo queste sábado, ahora que caigo, habrá que volverse antes, que tocan esta gente en Armilla y a eso tampoco pué faltarse, ein?

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