martes, octubre 31, 2006

LOS CAHORROS AL SOL


Mañana ya noviembre y el calor, al menos por aquí, como que no se va. No obstante, ya sí que va tocándole tirar pa las Eras a echarle el repaso y disfrute anual de las sus líneas tantas y a probarle ahí a ver alguna de las que todavía a todo quisque quedan pendientes en las Eras y en la Casilla más aún. No sé yo cómo va a estar el percal este güiquen sobre lo de si vamos a tirarle pallá o no, porque paece que al final alomehó iba a ser San Bartolo el destino de las cordadas varias estas de por aquí si nus organijábamos debidamente. Pero a lo que voy: Que si no le tiramos pa los peñones que quedan en tierras ya de la Atlántida digo yo que lo suyo va a ser inaugurar temporadita otoño/invierno en Los Cahorros. Volver a subirse volando por la Buscando sangre, por el Enano patoso, su salida original, volverle a sacar el baile a la Culopollo, redisfrutar el dansin de la Piscis, de la Géminis, recatar sin recato sino sencillamente en un volver a catar y cerrar el cerrojo de la Placa de Carlos y el apretoncillo de su segundo largo y toda su alegría pirómana por de pires que te encienden el susto lo justo pa no arder y tirar metros ahí parriba hasta la erre, la No mas hasch, qué de cosas que me vienen sienricordo, la Sueños de poder, sus trucos, sus reposos, su acordarse de cómo es questaba y cómo queda, probar la Kika este año, encadenar el Espolón de las Eras y meterle a pulmón y baile fino a lo que vaya dejándose en la Casilla. Et caetera. Total, que ya se irá viendo lo que da de sí al solcito y de más este año allín. Por ahora vaya el crosquis este que fizimos en postal también la primavera pasada y todavía queda alguna por ahí suelta en versión y cortesía del amigo Juandenaguer, que fuél who fecit. Y no sé que más: Quel año pasado se reequiparon algunas líneas en las Eras y que hay que reequipar cuando se pueda yaiga guita algo más y casi que toda la Casilla. Y que algunas nuevas y casilleras rutas hay también si por ahí vas y te fijas en el buscándolas. Y por zi de Cahorros no sabes nadená, pos como que el crosquis este te pué servir pa meteten argo si tapete. Ce. Y yastá.

jueves, octubre 26, 2006

13.

Del hijoputal Raymond Chandler, como de tanta bestia parda viva y muerta de ronda por ahí toavía, hay pasajes a los que no me canso de volver. El que sigue es uno de ellos, palabras del Chandlericos escritas en el año 44 y traídas hoy aquí en congratulación de que ya he resuerto lo de los comentarios raros, que estaba mal, y creo que ya. Ahí les va pues, amigas todas, en versión española de Jaume Prat sobre traducción de Floreal Mazia:

EL SIMPLE ARTE DE MATAR

Es posible que algún día un anticuario literario, de tipo más bien especial, considere que vale la pena revisar los archivos de las revistas de detectives que florecieron a finales de los años veinte y comienzos de los treinta, para determinar cómo, cuándo y por qué medios el relato de misterio popular se despojó de sus refinados buenos modales y adquirió reciedumbre. Necesitará una mirada aguda y un espíritu abierto. El papel barato jamás soñó con la posteridad, y en su mayor parte debe de tener ahora un color pardo sucio. Y por cierto que hace falta un espíritu abierto para mirar más allá de las cubiertas innecesariamente estridentes, de los títulos escandalosos y los anuncios apenas aceptables, y reconocer la auténtica potencia de un tipo de literatura que aun en sus momentos más amanerados y artificiales hizo que casi toda la ficción de la época tuviera el sabor de una taza de consomé tibio para un grupo de solteronas reunidas a tomar el té.
No creo que toda esa potencia fuese violencia, aunque demasiadas personas resultaban asesinadas en esos relatos, y su fallecimiento era celebrado con una atención demasiado enamorada del detalle. Y ciertamente no se debía a una manera de escribir delicada, pues cualquier intento en ese sentido habría sido implacablemente cortado por el personal de la editorial. Tampoco era consecuencia de una gran originalidad de argumento o descripción de los personajes. La mayoría de los argumentos eran más bien ordinarios, y casi todos los personajes individudos bastante primitivos. Es posible que se debiera al olor a terror que los relatos conseguían engendrar. Los personajes vivían en un mundo enloquecido, un mundo en el cual, mucho antes de la bomba atómica, la civilización había creado la maquinaria necesaria para su propia destrucción y aprendía a usarla con todo el placer infrahumano de un gángster que probara su primera ametralladora. La ley era algo que se debía manipular para obtener ganancias y poder. Las calles estaban oscuras de algo más que la negrura de la noche. El relato de misterio se hizo duro y cínico en cuanto a los motivos y en sus personajes, pero no era cínico en lo referente a los efectos que trataba de producir, ni acerca de su técnica para producirlos. Algunos críticos poco comunes así lo reconocieron en esa época, y eso era todo lo que uno tenía derecho a esperar. El crítico común jamás reconoce un mérito, cuando existe. Lo explica cuando se ha vuelto respetable.
La base emocional de la novela de detectives corriente era y sigue siendo la de que el asesinato siempre es descubierto y que la justicia triunfa. Su base técnica era la insignificancia relativa de todo, salvo el desenlace final. La base técnica de la narración tipo Black Mask consistía en que la escena era superior al argumento, en el sentido de que un buen argumento era el que producía buenas escenas. El misterio ideal era el que uno leía aunque faltara el final. Los que tratábamos de escribir teníamos el mismo punto de vista que los fabricantes de películas. Cuando fui a trabajar a Hollywood, un productor sumamente inteligente me dijo que no era posible hacer una película de éxito a partir de un relato de misterio, porque el nudo de la cuestión era una revelación que ocupaba la pantalla unos pocos segundos, mientras el público buscaba el sombrero para irse. Estaba equivocado, pero sólo porque se refería a los malos relatos de misterio.
En cuanto a la base emocional del relato "duro", resulta evidente que no cree que el asesinato se descubra y se haga justicia, a no ser que algún individuo muy decidido se ocupe de ello. Las narraciones se referían a los hombres que hacían esas cosas. Por lo general eran hombres duros, y lo que hacían, fuesen policías, detectives privados o periodistas, era un trabajo duro y peligroso. Era un trabajo que siempre podían conseguir. Abundaba en todas partes. Sigue abundando. No cabe duda de que las narraciones vinculadas con esto tenían un elemento fantástico. Esas cosas ocurrían, pero no con tanta rapidez, ni a un grupo de personas tan compacto, ni dentro de un marco de lógica tan estrecho. Y eso era inevitable, porque había una exigencia de acción constante; si uno se detenía a pensar, estaba perdido. En caso de duda, hay que hacer que un hombre aparezca en una puerta con una pistola en la mano. Esto podía llegar a resultar bastante tonto, pero en cierto modo parecía no tener importancia. Un escritor que teme desbordarse es tan inútil como un general que tiene miedo de equivocarse.
Si releo mis propios cuentos, resultaría absurdo que no tuviese el deseo de haberlos hecho mejores. Pero si hubieran sido mejores no los habrían publicado. Si la fórmula hubiese sido un poco menos rígida, es posible que hubiese sobrevivido una mayor parte de lo que se escribió en aquella época. Algunos de nosotros realizamos bastantes esfuerzos por hacer más flexible la fórmula, pero por lo general nos atrapaban y nos hacían volver. Desbordar los límites de una fórmula sin destruirla es el sueño de todos los que escriben en revistas y no son caballos de tiro sin esperanzas de curación. Hay en mis relatos cosas que me agradaría cambiar o eliminar por completo. Hacerlo puede parecer sencillo, pero si uno lo intenta descubre que no puede lograrlo. Sólo conseguirá destruir lo que hay de bueno, sin producir efectos perceptibles en lo que hay de malo. No se puede volver a captar el estado de ánimo, el sentimiento de inocencia, y menos aún el placer animal que uno experimentaba cuando tenía poco más que eso. Todo lo que un escritor aprende acerca del arte o el oficio de la ficción le quita algo de su necesidad o deseo de escribir. Al final conoce todas las tretas y no tiene nada que decir.
En cuanto a la calidad literaria de esas muestras, tengo derecho a suponer, sobre la base del sello de un distinguido editor, que no estoy obligado a ser enfermizamente humilde. Como escritor, nunca supe tomarme a mí mismo con esa enorme seriedad que es una de las características más molestas del oficio. Y tuve la fortuna de escapar a lo que fue llamado (creo que por Punch) "esa forma de esnobismo que puede aceptar la Literatura de Diversión en el Pasado, pero sólo a la Literatura de Esclarecimiento en el Presente". Entre el humorismo monosilábico de la tira cómica y las sutilezas anémicas de los literatos hay una amplia extensión de territorio, en la cual el relato de misterio puede ser o no un hito importante. Hay quienes lo odian en todas sus formas. A otros les gusta de él cuando habla de personas simpáticas ("esa encantadora señora Jones, ¿a quién se le habría ocurrido que pudiera cortarle la cabeza a su esposo con una sierra de carnicero? ¡Y un hombre tan guapo!"). Y hay quienes creen que violencia y sadismo son términos intercambiables, y quienes consideran que la ficción detectivesca es un subgénero literario, y no tienen para ello mejores argumentos que el de que por lo general no se atasca en oraciones subordinadas, complicada puntuación o subjuntivos hipotéticos. Están quienes las leen sólo cuando están cansados o enfermos, y por la cantidad de novelas de misterio que consumen deben de estar muy enfermos o muy cansados. Están los aficionados a la deducción (con quienes he cruzado palabras en otro lugar) y los aficionados al sexo, que no pueden meterse en el afiebrado cerebro la idea de que el detective de ficción es un catalizador, no un Casanova. Los primeros piden un plano de Greythorpe Manor que muestre el estudio, la sala de armas, el salón principal y la escalinata, y el pasaje que lleva a ese torvo cuartito en el cual el mayordomo saca brillo a la platería, apretados los delgados labios, silencioso, escuchando el murmullo del destino. Los otros piensan que la menor distancia entre dos puntos va de una rubia a una cama.
Ningún escritor puede complacerlos a todos, y ninguno debería intentarlo. Por cierto que los relatos que integran este libro no tenían la esperanza de complacer a nadie después de diez años de haber sido escritos. La narración de misterio es un tipo de literatura que no necesita entretenerse a la sombra del pasado, y que debe muy poca fidelidad, si debe alguna, al culto de los clásicos. Es bastante más que improbable que ningún escritor viviente pueda producir una mejor novela histórica que Henry Esmond, un mejor relato sobre niños que The Golden Age, una viñeta social más aguda que Madame Bovary, una evocación más graciosa y elegante que The Spoils of Pointon, un cuadro más amplio y rico que Guerra y paz o Los hermanos Karamazov. Pero no debe resultar muy difícil idear un misterio más plausible que El sabueso de los Baskerville o La carta robada. Y hoy sería más bien difícil no hacerlo. No hay "clásicos" del crimen y la investigación. Ni uno. Dentro de sus marcos de referencia, que es la única forma en que se lo puede juzgar, un clásico es una obra que agota las posibilidades de su forma y jamás puede ser superado. Ninguna narración o novela de misterio ha logrado tal cosa hasta ahora. Pocas se acercaron a ello. Y ese es uno de los principales motivos de que gente en otros sentidos razonable continúe atacando la ciudadela.

Raymond Chandler (Chicago, 1896-California, 1959)

CORDADAS, 1


El Alex Corpas y el tito George ahí este summer en el Urriellu, que tiraron pallá con el Lupi también.

12.

DONES DE LA MEMORIA


De verdad yo quisiera verme muerta.
Ella me abandonaba entre sollozos

y ante mí repetía sin cesar:
-¡Ay de mí, qué cruelmente sufrimos! Mas no dudes
que te abandono, Safo, sin quererlo.

Y yo le respondía de este modo;
-Márchate alegre y tenme en tu memoria
porque bien sabes cómo te mimábamos.

Mas si no yo quisiera
traerte los recuerdos
de aquellas experiencias hermosas que vivimos:

pues con muchas coronas de violetas
y de rosas y flores de azafrán
te ceñiste, a mi lado,

y abundantes guirnaldas enlazadas
alrededor del cuello delicado
pusiste, hechas de flores,

y con esencia
floral
te ungiste, y con bálsamos de reyes,

y sobre blandos lechos
delicada
saciabas el deseo,

y no había ni recinto ni santuario ninguno
del que nos mantuviéramos ausentes.



Safo (Mitilene, finales del siglo VII a.C.) Traducción de Aurora Luque leve y respetuosamente retocada por una servidora.

jueves, octubre 19, 2006

11.

DIVISIONS OF LABOR

The revolutions wheel, compromise, utter their statements:
a new magazine appears, mastheaded with old names,
an old magazine polishes up its act
with the deconstructions of the prose of Malcolm X
The women in the back rows of politics
are still licking thread to slip into the needle's
eye, trading bones for plastic, splitting pods
for necklaces to sell to the cruise-ships
producing inmaculate First Communion dresses
with flatiron and irresolute hot water
still fitting the microscopic golden wires
into the silicon chips
still teaching, watching the children
quenched in the crossfire alleys, the flashflood gullies
the kerosene flashfires
---the women whose labor remakes the world
each and every morning
I have seen a woman sitting
between the stove and the stars
her fingers singed from snuffing out the candles
of pure theory Finger and thumb: both scorched:
I have felt that sacred wax blister my hand

1988

REPARTO DE TAREAS

Las revoluciones dan vueltas, pactan, hacen declaraciones:
una revista nueva aparece, viejos nombres en su cabecera,
una revista antigua abrillanta su obra
con deconstrucciones de la prosa de Malcolm X
Las mujeres en las filas traseras de la política
todavía lamen hilo para pasarlo por el ojo
de la aguja, truecan huesos por plástico, rajan vainas
para venderlas como collares en los cruceros
hacen inmaculados vestidos de Primera Comunión
con planchas y vacilante agua caliente
todavía ajustan los microscópicos hilos dorados
en los chips de silicio
todavía dan clase, vigilan a los niños
desaparecidos en las callejuelas de fuego cruzado, los barrancos de repentinas inundaciones
los repentinos incendios de keroseno
---mujeres cuyo trabajo reconstruye el mundo
todas y cada una de las mañanas
He visto a una mujer sentada
entre la estufa y las estrellas
sus dedos chamuscados de apagar las velas
de la pura teoría Índice y pulgar: los dos quemados:
he sentido esa cera sagrada levantarme ampollas en la mano

1988


Adrienne Rich (Baltimore, 1929) Del libro titulado Time's power (El poder del tiempo); traducción de María Soledad Sánchez Gómez.

LA TAPIA DEL MATADERO, 1


El Barbas ahí con la Sole y el Esteban echando la tarde en la Tapia.



La Sole apretándole a las regletillas chicas.

miércoles, octubre 18, 2006

10.

NORTH AMERICAN TIME

I

When my dreams showed signs
of becoming
politically correct
no unruly images
escaping beyond borders
when walking in the street I found my
themes cut out for me
knew what I would not report
for fear of enemies' usage
then I began to wonder

II

Everything we write
will be used against us
or against those we love.
These are the terms,
take them or leave them.
Poetry never stood a chance
of standing outside history.
One line typed twenty years ago
can be blazed on a wall in spraypaint
to glorify art as detachment
or torture of those we
did not love but also
did not want to kill
We move but our words stand
become responsible
for more than we intended

and this is verbal privilege

III

Try sitting at a typewriter
one calm summer evening
at a table by a window
in the country, try pretending
your time does not exist
that you are simply you
that the imagination simply strays
like a great mouth, unintentional
try telling yourself
you are not accountable
to the life of your tribe
the breath of your planet

IV

It doesn't matter what you think.
Words are found responsible
all you can do is choose them
or choose
to remain silent. Or, you never had a choice,
which is why the words that do stand
are responsible

and this is verbal privilege

V

Suppose you want to write
of a woman braiding
another woman's hair---
straight down, or with beads and shells
in three-strands plaits or corn-rows---
you had better known the thickness
the length the pattern
why se decides to braid her hair
how it is done to her
what country it happens in
what else happens in that country

You have to know these things

VI

Poet, sister: words---
whether we like it or not---
stand in a time of their own.
No use protesting I wrote that
before Kollontai was exiled
Rosa Luxemburg, Malcom,
Anna Mae Aquash, murdered,
before Treblinka, Birkenau,
Hiroshima, before Sharpeville,
Biafra, Bangladesh, Boston,
Atlanta, Soweto, Beirut, Assam

---those faces, names of places
sheared from the almanac
of North American time

VII

I am thinking this in a country
where words are stolen out of mouths
as bread is stolen out of mouths
where poets don't go to jail
for being poets, but for being
dark-skinned, female, poor.
I am writing this in a time
when anything we write
can be used against those we love
where the context is never given
though we try to explain, over and over
For the sake of poetry at least
I need to know these things

VIII

Sometimes, gliding at night
in a plane over New York City
I have felt like some messenger
called to enter, called to engage
this field of light and darkness.
A grandiose idea, born of flying.
But underneath the grandiose idea
is the thought that what I must engage
after the plane has raged onto the tarmac
after climbing my old stairs, sitting down
at my old window
is meant to break my heart and reduce me to silence.

IX

In Nort America time stumbles on
without moving, only releasing
a certain North American pain.
Julia de Burgos wrote:
That my grandfather was a slave
is my grief; had he been a master
that would have been my shame.
A poet’s words, hung over a door
in North America, in the year
nineteen-eighty-three.
The almost-full moon rises
timelessly speaking of change
out of the Bronx, the Harlem River
the drowned towns of the Quabbin
the pilfered burial mounds
the toxic swamps, the testing-grounds

and I start to speak again



1983



TIEMPO NORTEAMERICANO

I

Cuando mis sueños dieron signos
de volverse
políticamente correctos
no imágenes indómitas
que escapan de los límites
cuando al caminar por la calle vi
que se elegían temas por mí
supe de qué cosas no hablaría
por miedo al uso que les dieran los enemigos
entonces empecé a hacerme preguntas

II

Todo lo que escribimos
será usado contra nosotros
o contra quienes amamos.
Estas son las condiciones,
las tomas o las dejas.
La poesía nunca tuvo ocasión
de estar lejos de la historia.
Un verso mecanografiado hace veinte años
puede ser una pintada que brilla en una pared
para exaltar el arte distanciado
o tortura de quienes
no amábamos pero tampoco
queríamos matar
Cambiamos pero nuestras palabras permanecen
se hacen responsables
de más de lo que pretendíamos

y esto es privilegio verbal

III

Intentar sentarse a la máquina de escribir
una cálida tarde de verano
en una mesa junto a una ventana
en el campo, intentar fingir
que tu tiempo no existe
que tú eres simplemente tú
que la imaginación se extravía simplemente
como una gran polilla, sin intención
intentar decirte a ti misma
que no tienes compromiso
con la vida de tu tribu
el aliento de tu planeta

IV

No importa lo que piensas.
Las palabras serán consideradas responsables
cuanto puedes hacer es elegirlas
o elegir
seguir en silencio. O nunca tuviste elección,
que es por lo que las palabras que perduran
son responsables

y esto es privilegio verbal

V

Imagina que quieres escribir
sobre una mujer que entreteje
el pelo de otra mujer---
dejando que cuelgue, o con cuentas y conchas
en trenzas de tres cabos o como filas de granos---
mejor sería que supieras el grosor
la largura el modelo
por qué decide trenzarse el pelo
cómo se lo hacen
en qué país sucede
qué más sucede en ese país

Tienes que saber estas cosas

VI

Poeta, hermana: palabras---
nos guste o no---
perduran en un tiempo propio.
No sirve lamentarse. Lo escribí
antes de que Kollontai fuera exiliada
Rosa Luxemburg, Malcom,
Anna Mae Aquash, asesinados,
antes de Treblinka, Birkenau,
Hiroshima, antes de Sharpeville,
Biafra, Bangladesh, Boston,
Atlanta, Soweto, Beirut, Assam
---esos rostros, nombres de lugares
cercenados del calendario
del tiempo norteamericano

VII

Pienso esto en un país
donde las palabras se quitan de las bocas
como el pan se quita de las bocas
donde los poetas no van a la cárcel
por ser poetas, sino por ser
de piel oscura, mujeres, pobres.
Escribo esto en un tiempo
en el cual lo que escribimos
puede usarse contra quienes amamos
en el que no se da nunca el contexto
aunque intentemos explicarlo, una y otra vez
Por el bien de la poesía al menos
tengo que saber estas cosas

VIII

A veces, planeando de noche
en un avión sobre la ciudad de Nueva York
me he sentido como una mensajera
llamada a entrar, destinada a unirse
a este campo de luz y oscuridad.
Un ambiciosa idea, surgida de volar.
Pero bajo esta ambiciosa idea
se halla la reflexión de que a lo que debo unirme
después de que el avión haya rugido en la pista
después de subir mis viejas escaleras, sentarme
ante mi vieja ventana
va a romperme el corazón y reducirme al silencio.

IX

En Norteamérica el tiempo tropieza
sin avanzar, liberando sólo
un cierto dolor norteamericano.
Julia de Burgos escribió:
Que mi padre fuera esclavo
es mi dolor; que hubiera sido amo
habría sido mi vergüenza.
Palabras de una poeta, colgadas de una puerta
en Norteamérica, en el año
mil novecientos ochenta y tres.
La luna casi llena se levanta
hablando eternamente de cambio
por encima del Bronx, el río Harlem
las ciudades sumergidas de Quabbin
los túmulos funerarios saqueados
las ciénagas tóxicas, los campos de pruebas

y empiezo a hablar otra vez



1983


Adrienne Rich (Baltimore, USA, 1929) Del libro Your native land, your life (Tu tierra natal, tu vida); traducción de María Soledad Sánchez Gómez.

viernes, octubre 13, 2006

CORDADAS


El Lluisot y el Mon, compañeros de cordada en tol cogollo galayero.


0.
En realidad, lo chulo de escalar en lo que a lo social de acción interpersonae, que es a lo que mestoy resrefiriendo, se resrefiere y tiene la cosa vertical ésta es escalar tol copón con tol copon, id est, tol mundo con tol planet, tos con tos, mejclarse, de tol mundo aprender y a to quisque enseñar pazín poer saber, con la certeza esa de cuando ya se saben las cosas más seguras, los porqueses del porqué me gusta amín trepar, y ahí le vamos, verbigracia: Con el Antoñito si le tiro a cacharros o para echarle ahí largos parriba sin parar; con el Delclós si vamos de tranquis a buscar roales energéticos en mediol monte con o sin soga; con la Jo para volar y que ella vuele y sin friquismo ni postureo ni tontería echar la tarde a gusto con el Tango, ques un dog, charlando y regresando; con el Gus para lo friquitésniko y para pulir y matizar a viva voce las secuencias, lo complejo del baile, la frecuencia resuellil; y con el Barbas cuando las ganas te sacan de la casa hecha una mona que se ha subido ya todas las paredes del domus y no tiene a nadie con quien, agotados teléfonos, opciones y ocurrencias, y le picas al timbre y le dices "¿amoas calah?", y siempre acepta el Barbas, casi siempre, y dice "sí" o "venga" o "jéhn", y prepara, si es que no la tiene ya, la mochila en un volón y ya lestamus andando y aunque parezca serio o que lo has pillado ahí redepentemente mal luego siempre le sale una sonrisa y te repite, ya en el coche igual o vereda arriba al rato, lo mismo pero sin interrogación ya el tío: "Amoas calah bienoy". Y menzequedan, menzequeais, munchas más personas amigas con las que too le place a esta de nombre Luisa ir a trepar: El Ánjeh, el Curro, la Nieves, Macaco, los Corpas bros., el Cesare, Dani, Roberto, la Mariángeles, su hermano Luis, no sé, tol copon, tola buena gente de por aquín.
Y la cosa es que todo esto viene a cuenta deporlodela photogallery intitulada CORDADAS que menzacurrío inisiar con la instantánea que precede, a saber: El señor Delclós y el Antoñito Mountjoy hace ya más de un año, en Galayos, que le tiraron pallá, benditos, con el Gustavillo a bordo también de la furgo, los tres, y allí que estuvieron sus buenos días, casi una settimana hasta que la lluvia los escupió pabajo. Y eso, que ahí le van y ahí los pueden ver, tan guapos ellos. ¡Que sus quiero, diantre! Besos.

LA TAPIA DEL MATADERO


La Tapia del Matadero hará año y medio o así que el Juandenaguer se curró la cadena de instantáneas esta.

Lo de la Tapia del Matadero fue que el Antoñito y el Barbas, hará ya cosa de dos o tres veranos, se hartaron ya del to de calentarse las bocas diciendo vamos a ir allí a sikar algo y le vamos sacando un rocodromillo pa las noches de verano al pueblo y pallá que se fueron una noche de luna no se acuerdan cómo y pusieron las primeras piedras, piedras que estaban ya previamente seleccionadas meticulosa, cariñosa y osamente dende por lo menos unas semanas antes que las cogieron de la Cueva del Moro, de Cahorros, de la Cueva del Agua, de por aquín y por allín, de ca sitio una joya. Y la cosa cundió, porque después se sumaron la Luisa, el Rubio, el Gus, el señor Delclós, algunos de los chaveíllas más chicos de por entonces y tol copón. Y allín que echamos las noches de aquel verano los días que apetesió charlar y fumar en la calle a la vera la roca del baile del día.
Entrado ya septiembre o así sufrimos el primer ataque. Vándalos niñaqueros o váyase a saber usted quiénes se emplearon a fondo y reventaron más de la mitad de las igual doscientas presas que había por entonces enchufás. Luego se pensó que igual habían sido los grafiteros, molestos por. Se volvió a arreglar, se añadieron más, se habló con los grafiteros y empezó a subir gente der Saidín y to a trepar allín de mediodía y por la noche tamién. Así estuvo un tiempo. Se le volvieron añadir más presas y más zonillas curiosas y nos echamos a grafiteras algunas y ahí le iba todo hasta que sufrimos el segundo ataque. Se enmendó. Los gajes de la calle. Y ahí que le resistimos las ganas de mandarlo todo a la mierda. Siguió palante. Y el año que esta gente se encargó del roco de Armilla, las presas rotas venían para la Tapia y aquí se reciclaban. Y estaba ya en todo su punto la instalación deportiva sin coste alguno para el Ayuntamiento que les había quedado tras las peonás de to la panda tontos que somos cuando una mañana pasa la Jo por allín para ir a su casa de Huétor y se encuentra que están, especialmente las presas recicladas de resina, reventaícas por el suelo, a machotazo limpio. Y eso ya sí que fue uno de los colmos. Se apañó algo y ahí estuvo hasta que poco a poco fueron llegándole más grafitis encima y yendo menos gente a causa de que ya, con los rotos, las secuencias que quedaban no veas tú el baile que presisaban. Y ahí le estamos a ver si le volvemos a dar vida al asunto. Ya irán pasando espero por aquí más cosas de la Tapia. Besos, primores. Y a bailar. Y salud, que estoy resfriá.

miércoles, octubre 11, 2006

AHÍ LE VAMOS: COSECHA 2006


No veas tú cómo se han puesto en estos meses de sol, agua y cariño los dos esquejes de Purple que me trajo el señor Delclós en primavera, abes?

ERBLUZ DERGUSTAVO

baja de la cueval moro
gustavillo tonchufao
con la bisi de su papa
la mochila to cargao

llega casa de su mama
y se metel atracón
como noastirao arriba
yaquiabajo ya paqué
noes presiso yastirar
dise adiós con disimulo
peroa voces porquesél

y se baja calantonio
la guitarra y el tostón

que le dal antoniolpobre gustavillo to las
noches que se viene y
que yastá
yosquea cabo
de llegar o de venir o cómo tenga que dejirse y que manpuestoa quialargar
porque tocaban

unbluz

erbluz der
gustavo

letrilla la luisa
guitarra de antonio

los cerros
la luna
la zubia
verano

VAYA POLLA SOL

-Vaya polla sol. Pos no que namás saler condenao dende no jé cuánto ya namás de lunes, enga ombre, y el viernes ya venga nubes y pollas en vinagre. Si es quende luego trabajar es una puta mierda grande. Cuchir soh elíopuchi. Que no jale. Que no quiere. Que no. Pos a apretal.le con frío y yastá. Qué le vamuh jacer. Ahí le voy, tú. Tate conmigo, ein?

martes, octubre 10, 2006

NO TAN MANGUI, 7b (y fin: La regleta de Siurana)

Equipada hace ya seguro sus buenos doce años por Javier Morales, no tiene desperdicio ni uno sólo de los quince metricos de placa desplomada por los que va el baile. Un reposo bueno debajo del penúltimo seguro -el último que chapas en realidad tranquilamente porque el último parabol ya hay quien ni siquiera lo chapa cuando va encadenando por no poderse ahí parar- sirve parresoplar lo que haga falta antes de enchufarle a toda la secuencia clave. Hasta el reposo hay un pasuqui, que sale. Lo de después también sale, claro. Pero ya es harina de otra costal. Sietebé cahorrero, la vía en sus tiempos era octavo y ahora igual puede que la cosa se quede en 7c+ o siga igual de octavo. En realidad eso importa bien poco. La vía es de una calidad soberbia, y eso a pesar de tener un canto clave sikado. Por lo visto, y según nos contó el Morales hace poco, ahí donde está el sikado había un canto, más chico todavía, que petó. Petó el canto y no salía y no salía y no salía. Y tiempo después, sigue contándonos el Javi, escalando con el Man en Siurana, de esto que miras para abajo y te la encuentras, pues eso: Que se la encontró y supo que era esa la regleta que iba a sikar allí. Y a la mochila que la echó y para el Sur que se la trajo y la sikó. Y qué se yo. Que gracias, Javier, por una vía tan guapa. De verdad.

NO TAN MANGUI, 7b (y 3)


No tan mangui, 7b, Sector Placa de Om, Los Cahorros, Monachil, Gr.

NO TAN MANGUI, 7b (y 2)


Gustavillo Barrales apretándole al pasuqui que lleva hasta el reposo de justo antes de encarar la sección clave.


Felipe buscándole a ver el rollo al pien zurdi mientras le aprieta a la regleta sikada de izquierdas que acaba de pillar.

lunes, octubre 09, 2006

NO TAN MANGUI, 7b (y sigue)


Felipe, from Ecuador, ya fuera del percal, pero aún pendiente el rotpunkt.


El Gus ya fuera del percal también pero siguiendo de pienes una secuencia final distinta. También le queda el encadene al tío.

NO TAN MANGUI, 7b

Dos semanas antes de que la gente le tiráramos para Galayos y el Gustavillo y el Delclós a Rodellar, el Barbas vino a ser el primero de los de toda la banda en encadenar sietebé cahorrero que disen lolailos ochavum est.
Y eso: Que fue el Barbas el primero, pero el pionero de la historia fue una vez más el Gus, que se le puso entre ceja y ceja que la montaba, la No tan mangui, sí. La No tan mangui. Que la montaba y que la montaba y que la probaba y que eso salía y que la montó. Todo esto, ya digo, fue justo dos semanicas antes de los viajes veraniegos, no menrrecuerdo el día, pero pallá que subieron el Gus con el Lluisot y ahí que estuvieron con el alargue de pescar montando el tingladito para lo de la última chapa -tingladito consistente en metro y medio largo de soga ahí anudá a la reunión para no tener que marcarse el pire hasta arriba dende los primeros pegues y poderla probar al top- y dándole torropazos después que estuvieron los dos hasta que el sol se puso y tiraron para lo de la Luisa a ponerle el Gustavo a la Luisa y al Barbas la cabeza como un balón de Nivea de los que lanzaban dende loelicópteros cuando éramos chicas por la playa mientras el Delclós se echaba uno de los verdes antes de tirar pa casa y corregía finamente y al quite necesario para con la Luisa y el Barbas los excesos verbales y de visualización en extremo positiva y por lo tanto falseadora y patinante sobre cómo había ido la cosa de los primeros pegues según el Gustavillo. Porque, claro, para el Gustavillo, la vía era ya coser y cantar y se ponía a hablar y todo era un llenarse la boca con que ya está encadenada, ya casi, ya está encadenada, ya casi, y luego ya sabemos que hay que currárselo bien el baile y, en fin: Que los yacasis no son ya, pero mientras no les cobren, palgunos, casi quej lo mihmitico. Y pasa lo que pasa entonces: Callín fue en donde y dende cuando ya quel Barbas se picó de buenas y lo vio claro y donde quedaron el Barbas y el Gustavo en irle a ver otra tarde el baile a la No tan mangui.
Y no se hizo tardar la tarde porque fue justo al día siguiente y, total: Enrrepitiéndome: Quel Barbas la encadenó, tras tres días repartidos tranquilamente a lo largo de una semana y un total de siete pegues, y que la encadenó primero de to la banda y chapando la última al final de todo, que no lo tenía ni pensado hacerlo asín de visualizada que ya la tenía la secuencia sin chapar y de hecho que estaba ya y tenía el cuerpo a fazela jugándose el hostioncete si llegaba y resolvía sobre la marcha no chapar, porque cómo, y tirarle padelante, jenh. Pero al final, el día del encadene, en el pegue de ponerle las cintas, probó el cómo chapar y pudo. Y se lo dijo al Gus: Iba a probarla chapándolas toítas aún a riesgo de quel gasoil subiera y el ritmo respiratorio igual pudiera llegar hasta a descoyuntarse y flín, caer. Pero no se cayó: Que fue chapar la última y cambiarle de derechas al invertido y pie izquierdo arriba y a sentarse en el talón para aguantarle ahí a saco hasta que la mano izquierda liga suavemente de bisagra el romanazo con grano para pinzarle y flush, flush, flush, hasta el tridedo de derechas, pies finos, dinamicazo hasta pillar con la izquierda la regleta sikada y síguele ahí el baile y no te caigas que ahí aún te pués caer hasta ya fuera. Y le salió al Barbas, digo si le salió. Y el Gustavo pegando botes abajo y con un combón dercópon dando gritos y el Migue de Ogíjares y el Orlando que allí también estaban como diciendo, los dos, hostis con el Barbas, y sonrientes, que venían de escalar de por la mañana en los Tacos y se encontraron con el Gus y el Barbas cuando ellos subían pa la Placa de Om y quedaron en verse arriba luego. Y el Barbas fue pillar la regleta de derechas que te deja fuera después del equilibrio que te mete en la diestra toda del lomo tuyo de ese lao y soltar el grito de berraco que suelta cuando ya está fuera del resople siempre y a chapar la erre. Y ahí le estaba cuando se pone, la chapa y le sigue parriba hasta la repisa del Techo del Andújar a sentarse, que era eso algo que siempre había pensado y ni a la Luisa le había dicho hacer el día, si es que ese día llegaba, que encadenara la No tan mangui, que lo pensaba siempre cuando la veía la línea desde la erre de la Placa de Om tanta y tanta tarde desde hace años que allí subía. Sentao allín, con los pies colgándole, más feliz y tranquilo que to ya, escuchaba al Gus gritar que qué íoputa, octavo, octavo, hijoputa, tío. Y luego abajo fueron abrazos y recoger muy despacito, como sin ganas pero meticulosamente todo, con el sol cayendo y tirar, sin luna se acuerda el Gustavo que fue, para La Zubia por destrepe, vereda, carril, calle y carretera de putos resaltes pa que la gente no corra motorizada en poblado y se pongan ricos los fabricantes de suspensiones. Eso fue, no sé, ponle un jueves. Un jueves, sí. Y tol mundo tan contento. Convite de porros y menuses chinos y cantes y bailes to la noche hasta que fueron horas de irse a dormir, que al día siguiente currábamos todas, y se fueron yendo el Alex y el Antoñito y la Jo y el Delclós. Y el Gustavillo, cómo no, se quedó un rato más con el Barbas y con la Luisa antes de tirarle a casa. Y se dijo y les dijo como catorce veces que él iba a ser el siguiente. Y el Barbas le dijo como dieciséis que no se comiera el coco, que ya resolvería sin tanto preocuparse, que si él lo hubiera dicho tanto no vendría de encadenar esa tarde seguro, que eso es así, casín pasan lah cosah. Y la Luisa le dijo como veinticinco al Gustavo que se calmara, que era verdad lo quel Barbas le decía, que iba a salirle a él también si no se llenaba la boca tanto, que se calmara, y al Barbas sólo una vez le dijo que ella ya se iba para la cama, que buenas noches, Gus. Y el Gus: Hasta mañana, Luisa. Pero seguía excitadísimo. Ya tenían ahí el octavo, el octavo, el octavo, era lo que pensaba. El Barbas había encadenado esa misma tarde y él ya lo sentía familiar del todo y de ahí en adelante la vida en super 8. Necesitaba otro canuto y no tardó en hacérselo tras controlar en las pupilas del Barbas que vale, sí, nos echamos ya el último, pero voy a poner agua a calentar también para una cola de caballo. Y en el endemientras entró a darle a la Luisa un besico y volvió con el Gustavo, que estaba viéndose en un bucle una y otra vez él ahí chapando la reunión igualico a como le metía lumbre al porro ya. Pero se hizo esperar. El encadene, digo. Como suele ocurrir en estos casos de me lleno la boca y la vuelvo a probar. Le cogió cosa. Y ahí todavía le sigue. Sin resolver. Echaron el yoni, bebieron el caldo y buscaron mansamente cada cual por sus lugares la bendita horizontal.
Tres días después, el domingo, el Carlitos Corpas, que también la estaba probando, le fue a probar suerte. En realidad no fue a probarle suerte sino a encadenar ya de una maldita vez a lo que subió. Le entró corajillo, y se enteró tol mundo, corajillo de que fuera el Barbas el primero en resolverla estando él más fuerte y teniéndola más a pique ahí todavía desde hacía más tiempo y no haberla probado a sacarla por tanto ir a entrenar a la resina y tanta compe y tanta polla en vinagre e iba picado ya desde el viernes, que se encontraron por el pueblo a media tarde y el Barbas tardó en calar la cosa cero coma uno por lo fríamente que lo felicitó el Carlitos y lo robótico que sonó en su voz adolescente: Yo voy a ir a hacerla ya este domingo; si en realidad son pollas la vía. Y fuentonces cuando se propuso, risueño el Barbas, estar allí el domingo para demostrarle al Carlos que hay que enfocar los asuntos de otra manera y para que el niño viera el regocijo sincero que al Barbas iba a recorrerle de arriba a abajo cuando lo viera encadenando. Y eso, que allín questaba dende trempanico que nos juimos pallá él y yo y toda la mañana zangolotineando de tranquis por los Cahorros esperando que el Corpas llegara. Yo luego me fui valle arriba a dar una vuelta con unas amigas que vinieron y el Barbas se quedó ahí tumbaíco esperando con el Francis y el Manu y otros dos colegas de ellos al pie del Diedro del Cubalibre. Luego esta gente se fueron sobre las cinco o así y solos que se quedaron el Francis y el Barbas. El Carlos llegó al pronto. No había traído cuerda. Iba a probarla con la soga del Francis. Calentó en la Placa de Om y quedaron en que el Barbas le daba un meco para ponerle las cintas en la No tan mangui y así el Carlillos meterle resfinitivamenti. Y se las puso. Digo si se las puso que se las puso y volvió a encadenar poniéndole las cintas. El Francis se quedó patidifuso y con sonrisa franca le metió un abrazaco al Barbas cuando bajó que casi lo tumba. El Carlos también se quedó como contento pero en otro sitio. Felicitó más efusivamente ya, pero estaba en otro sitio. No podía no estar en otro sitio: Él iba a meterle ya y los nervios zumban cuando estas en esas y en situaciones como la que era de no estar todo claro en amistad cómo es que era. Total: Que le mete el Carlillos, sobrao como va siempre el tío, y va y se cae por bullicas y por no reposar bien namás comenzar la secuncia clave y se baja y el Francis y el Barbas se ponen a comerle la cabeza con lo básico una vez más: Que hay que ir más tranquilo aunque vayas fuerte. Que ir a ritmo no significa ir echando hostias y patinando. Que el reposo está ahí para hacerlo y que si te colocas azín ya verás cómo le recuperas más y bajas más pulsaciones y le enchufas pleno a la secuencia clave. Que no chapes la última si no lo ves pero que ya has visto que también se pué chapar. Que métele sonriendo. Que ya verás ahora como sí. Y el Francis que se cebó unos mates, que está enganchado el tío dende questuvo en la Argentina, y el Carlos le dio el chupetón a lo amargo y se volvió a atar y ahí que, saltándose la última y con una secuencia distinta arriba del todo a la que el Barbas y el Gustavo hacían, encadenó. También pegó chillío, pero es que está claro que si sales de ahí yo creo que grito pegas sí o sí de tan asín que llegas. Y que octavo para el nene también hubo el domingo aquel. Con alegría.
Luego vendrían los rollos de siempre, los rollos que siempre ahí van a estar: Que si no es octavo, que si 7c+, que si poniéndole las cintas sí, que si no no, que si esto y que si aquello y que lo que ya sí que importa y por lo menos por aquí tenemos claro es que lo suyo es el bailar y que los grados nos los sudan porque son orientativos, y a volar. Y ahí se quedó la cosa.
Galayos, Rodellar. Y llegó septiembre. Y el Gustavo se quedó más tiempo en Rodellar, mes y medio ahí el tío solo después de que el Delclós se viniera y el Alex Corpas llegara y se viniera también y sin octavo aún el Gustavo. Y eso: Que fue llegar aquí el tío y nada más volver en dos días le metió el pegue bueno a la Apocalipsis, en el sector Diabólico. Y a la semana va y le pega también el pegue bueno a la Caña al mono, también en el Diabólico. Y justo ese día también el Barbas que la encadena la Caña al mono y doblete zubiético de la amistad. Sólo que ese día no hubo ni convite ni hostias porque ni uno ni otro andaban con guita.
Y, claro, ya sólo le quedaba al niñaco de los debericos de antes del verano por recuperar a vuelta de Rodellar la No tan mangui. Yallín que subimos ayer con el Lupi, que parece mentira y tiene delito que en to la vida que lleva en los Cahorros nunca hubiera subido a la Placa de Om ni a verla, no ya a trepar, sino por verla y sentarse a ver desde allí to los Cahorros, tranquilo, metiíco en tol puto cogollo del valle, y con el Felipe, un chico ecuatoriano que hemos conocido hace nada y que no veas el tío lo púo que está. Pues eso, que subimos ayer el Lupi, el Felipe, el Gus y yo. Y quel Gus y el Felipe le estuvieron metiendo a encadenar y la Luisa y el Lupi le dimos por probarla y no encadenó ni perri ayer. Se les queda para otro día. Y al Lupi y a mí para una otra tarde un poco más lejana seguro. Pero que ahí van unas foticos mientras llegan los encadenes. Del baile del Barbas no hay nada, que no hubo cámaras ni en jueves ni en domingo. Pero ayer sí. Y ahí quedan. Y Flush, si no recuerdo mal, me paece amín quera una novela de la Virginia Woolf. Y flin es cuando flin, ya te has caío y no te has dao ni cuenta. Flin.