DISCULPA
No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón haya sido apresado por una voz que canta:
Hay que estar serio unas veces y otras dejarse emocionar: como la madera, de la que sale lo mismo el arco del guerrero que el laúd del cantor.
Del alfaquí cordobés Ibrahim Ben Utman, poeta del centro de Al-Ándalus (siglo XII)
EL VIENTO
No hay mayor alcahuete que el viento, pues levanta los vestidos y descubre las partes ocultas del cuerpo,
y ablanda la resistencia de las ramas, haciendo que se inclinen a besar la faz de los estanques.
Por eso los amantes lo emplean como tercero que lleva mensajes a sus amigos y enamorados.
De Ben Said Al-Magribi (1214-1274)
LOS VASOS
Eran pesados los vasos, cuando vinieron a nosotros; pero cuando estuvieron llenos de vino puro,
se aligeraron y estuvieron a punto de volar con lo que contenían, del mismo modo que los cuerpos se aligeran con los espíritus.
De Idris Ben Al-Yaman, de Ibiza (siglo XII)
EL ARCO
Me maravillo de la ingratitud del arco, porque no es leal con las palomas del boscaje.
Cuando era rama, fue su amigo, y ahora que es arco, las persigue. ¡Así son las vicisitudes de los tiempos!
De Ahmad Ben Waddah, apodado Al-Buqayra, de Murcia (muerto hacia 1135)
Los cuatro textos transcritos de la maravillosa traducción de don Emilio GARCÍA GÓMEZ, Poemas arabigoandaluces, 1940. Trigesimoséxta citica. Salud.
No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón haya sido apresado por una voz que canta:
Hay que estar serio unas veces y otras dejarse emocionar: como la madera, de la que sale lo mismo el arco del guerrero que el laúd del cantor.
Del alfaquí cordobés Ibrahim Ben Utman, poeta del centro de Al-Ándalus (siglo XII)
EL VIENTO
No hay mayor alcahuete que el viento, pues levanta los vestidos y descubre las partes ocultas del cuerpo,
y ablanda la resistencia de las ramas, haciendo que se inclinen a besar la faz de los estanques.
Por eso los amantes lo emplean como tercero que lleva mensajes a sus amigos y enamorados.
De Ben Said Al-Magribi (1214-1274)
LOS VASOS
Eran pesados los vasos, cuando vinieron a nosotros; pero cuando estuvieron llenos de vino puro,
se aligeraron y estuvieron a punto de volar con lo que contenían, del mismo modo que los cuerpos se aligeran con los espíritus.
De Idris Ben Al-Yaman, de Ibiza (siglo XII)
EL ARCO
Me maravillo de la ingratitud del arco, porque no es leal con las palomas del boscaje.
Cuando era rama, fue su amigo, y ahora que es arco, las persigue. ¡Así son las vicisitudes de los tiempos!
De Ahmad Ben Waddah, apodado Al-Buqayra, de Murcia (muerto hacia 1135)
Los cuatro textos transcritos de la maravillosa traducción de don Emilio GARCÍA GÓMEZ, Poemas arabigoandaluces, 1940. Trigesimoséxta citica. Salud.