lunes, octubre 09, 2006

NO TAN MANGUI, 7b

Dos semanas antes de que la gente le tiráramos para Galayos y el Gustavillo y el Delclós a Rodellar, el Barbas vino a ser el primero de los de toda la banda en encadenar sietebé cahorrero que disen lolailos ochavum est.
Y eso: Que fue el Barbas el primero, pero el pionero de la historia fue una vez más el Gus, que se le puso entre ceja y ceja que la montaba, la No tan mangui, sí. La No tan mangui. Que la montaba y que la montaba y que la probaba y que eso salía y que la montó. Todo esto, ya digo, fue justo dos semanicas antes de los viajes veraniegos, no menrrecuerdo el día, pero pallá que subieron el Gus con el Lluisot y ahí que estuvieron con el alargue de pescar montando el tingladito para lo de la última chapa -tingladito consistente en metro y medio largo de soga ahí anudá a la reunión para no tener que marcarse el pire hasta arriba dende los primeros pegues y poderla probar al top- y dándole torropazos después que estuvieron los dos hasta que el sol se puso y tiraron para lo de la Luisa a ponerle el Gustavo a la Luisa y al Barbas la cabeza como un balón de Nivea de los que lanzaban dende loelicópteros cuando éramos chicas por la playa mientras el Delclós se echaba uno de los verdes antes de tirar pa casa y corregía finamente y al quite necesario para con la Luisa y el Barbas los excesos verbales y de visualización en extremo positiva y por lo tanto falseadora y patinante sobre cómo había ido la cosa de los primeros pegues según el Gustavillo. Porque, claro, para el Gustavillo, la vía era ya coser y cantar y se ponía a hablar y todo era un llenarse la boca con que ya está encadenada, ya casi, ya está encadenada, ya casi, y luego ya sabemos que hay que currárselo bien el baile y, en fin: Que los yacasis no son ya, pero mientras no les cobren, palgunos, casi quej lo mihmitico. Y pasa lo que pasa entonces: Callín fue en donde y dende cuando ya quel Barbas se picó de buenas y lo vio claro y donde quedaron el Barbas y el Gustavo en irle a ver otra tarde el baile a la No tan mangui.
Y no se hizo tardar la tarde porque fue justo al día siguiente y, total: Enrrepitiéndome: Quel Barbas la encadenó, tras tres días repartidos tranquilamente a lo largo de una semana y un total de siete pegues, y que la encadenó primero de to la banda y chapando la última al final de todo, que no lo tenía ni pensado hacerlo asín de visualizada que ya la tenía la secuencia sin chapar y de hecho que estaba ya y tenía el cuerpo a fazela jugándose el hostioncete si llegaba y resolvía sobre la marcha no chapar, porque cómo, y tirarle padelante, jenh. Pero al final, el día del encadene, en el pegue de ponerle las cintas, probó el cómo chapar y pudo. Y se lo dijo al Gus: Iba a probarla chapándolas toítas aún a riesgo de quel gasoil subiera y el ritmo respiratorio igual pudiera llegar hasta a descoyuntarse y flín, caer. Pero no se cayó: Que fue chapar la última y cambiarle de derechas al invertido y pie izquierdo arriba y a sentarse en el talón para aguantarle ahí a saco hasta que la mano izquierda liga suavemente de bisagra el romanazo con grano para pinzarle y flush, flush, flush, hasta el tridedo de derechas, pies finos, dinamicazo hasta pillar con la izquierda la regleta sikada y síguele ahí el baile y no te caigas que ahí aún te pués caer hasta ya fuera. Y le salió al Barbas, digo si le salió. Y el Gustavo pegando botes abajo y con un combón dercópon dando gritos y el Migue de Ogíjares y el Orlando que allí también estaban como diciendo, los dos, hostis con el Barbas, y sonrientes, que venían de escalar de por la mañana en los Tacos y se encontraron con el Gus y el Barbas cuando ellos subían pa la Placa de Om y quedaron en verse arriba luego. Y el Barbas fue pillar la regleta de derechas que te deja fuera después del equilibrio que te mete en la diestra toda del lomo tuyo de ese lao y soltar el grito de berraco que suelta cuando ya está fuera del resople siempre y a chapar la erre. Y ahí le estaba cuando se pone, la chapa y le sigue parriba hasta la repisa del Techo del Andújar a sentarse, que era eso algo que siempre había pensado y ni a la Luisa le había dicho hacer el día, si es que ese día llegaba, que encadenara la No tan mangui, que lo pensaba siempre cuando la veía la línea desde la erre de la Placa de Om tanta y tanta tarde desde hace años que allí subía. Sentao allín, con los pies colgándole, más feliz y tranquilo que to ya, escuchaba al Gus gritar que qué íoputa, octavo, octavo, hijoputa, tío. Y luego abajo fueron abrazos y recoger muy despacito, como sin ganas pero meticulosamente todo, con el sol cayendo y tirar, sin luna se acuerda el Gustavo que fue, para La Zubia por destrepe, vereda, carril, calle y carretera de putos resaltes pa que la gente no corra motorizada en poblado y se pongan ricos los fabricantes de suspensiones. Eso fue, no sé, ponle un jueves. Un jueves, sí. Y tol mundo tan contento. Convite de porros y menuses chinos y cantes y bailes to la noche hasta que fueron horas de irse a dormir, que al día siguiente currábamos todas, y se fueron yendo el Alex y el Antoñito y la Jo y el Delclós. Y el Gustavillo, cómo no, se quedó un rato más con el Barbas y con la Luisa antes de tirarle a casa. Y se dijo y les dijo como catorce veces que él iba a ser el siguiente. Y el Barbas le dijo como dieciséis que no se comiera el coco, que ya resolvería sin tanto preocuparse, que si él lo hubiera dicho tanto no vendría de encadenar esa tarde seguro, que eso es así, casín pasan lah cosah. Y la Luisa le dijo como veinticinco al Gustavo que se calmara, que era verdad lo quel Barbas le decía, que iba a salirle a él también si no se llenaba la boca tanto, que se calmara, y al Barbas sólo una vez le dijo que ella ya se iba para la cama, que buenas noches, Gus. Y el Gus: Hasta mañana, Luisa. Pero seguía excitadísimo. Ya tenían ahí el octavo, el octavo, el octavo, era lo que pensaba. El Barbas había encadenado esa misma tarde y él ya lo sentía familiar del todo y de ahí en adelante la vida en super 8. Necesitaba otro canuto y no tardó en hacérselo tras controlar en las pupilas del Barbas que vale, sí, nos echamos ya el último, pero voy a poner agua a calentar también para una cola de caballo. Y en el endemientras entró a darle a la Luisa un besico y volvió con el Gustavo, que estaba viéndose en un bucle una y otra vez él ahí chapando la reunión igualico a como le metía lumbre al porro ya. Pero se hizo esperar. El encadene, digo. Como suele ocurrir en estos casos de me lleno la boca y la vuelvo a probar. Le cogió cosa. Y ahí todavía le sigue. Sin resolver. Echaron el yoni, bebieron el caldo y buscaron mansamente cada cual por sus lugares la bendita horizontal.
Tres días después, el domingo, el Carlitos Corpas, que también la estaba probando, le fue a probar suerte. En realidad no fue a probarle suerte sino a encadenar ya de una maldita vez a lo que subió. Le entró corajillo, y se enteró tol mundo, corajillo de que fuera el Barbas el primero en resolverla estando él más fuerte y teniéndola más a pique ahí todavía desde hacía más tiempo y no haberla probado a sacarla por tanto ir a entrenar a la resina y tanta compe y tanta polla en vinagre e iba picado ya desde el viernes, que se encontraron por el pueblo a media tarde y el Barbas tardó en calar la cosa cero coma uno por lo fríamente que lo felicitó el Carlitos y lo robótico que sonó en su voz adolescente: Yo voy a ir a hacerla ya este domingo; si en realidad son pollas la vía. Y fuentonces cuando se propuso, risueño el Barbas, estar allí el domingo para demostrarle al Carlos que hay que enfocar los asuntos de otra manera y para que el niño viera el regocijo sincero que al Barbas iba a recorrerle de arriba a abajo cuando lo viera encadenando. Y eso, que allín questaba dende trempanico que nos juimos pallá él y yo y toda la mañana zangolotineando de tranquis por los Cahorros esperando que el Corpas llegara. Yo luego me fui valle arriba a dar una vuelta con unas amigas que vinieron y el Barbas se quedó ahí tumbaíco esperando con el Francis y el Manu y otros dos colegas de ellos al pie del Diedro del Cubalibre. Luego esta gente se fueron sobre las cinco o así y solos que se quedaron el Francis y el Barbas. El Carlos llegó al pronto. No había traído cuerda. Iba a probarla con la soga del Francis. Calentó en la Placa de Om y quedaron en que el Barbas le daba un meco para ponerle las cintas en la No tan mangui y así el Carlillos meterle resfinitivamenti. Y se las puso. Digo si se las puso que se las puso y volvió a encadenar poniéndole las cintas. El Francis se quedó patidifuso y con sonrisa franca le metió un abrazaco al Barbas cuando bajó que casi lo tumba. El Carlos también se quedó como contento pero en otro sitio. Felicitó más efusivamente ya, pero estaba en otro sitio. No podía no estar en otro sitio: Él iba a meterle ya y los nervios zumban cuando estas en esas y en situaciones como la que era de no estar todo claro en amistad cómo es que era. Total: Que le mete el Carlillos, sobrao como va siempre el tío, y va y se cae por bullicas y por no reposar bien namás comenzar la secuncia clave y se baja y el Francis y el Barbas se ponen a comerle la cabeza con lo básico una vez más: Que hay que ir más tranquilo aunque vayas fuerte. Que ir a ritmo no significa ir echando hostias y patinando. Que el reposo está ahí para hacerlo y que si te colocas azín ya verás cómo le recuperas más y bajas más pulsaciones y le enchufas pleno a la secuencia clave. Que no chapes la última si no lo ves pero que ya has visto que también se pué chapar. Que métele sonriendo. Que ya verás ahora como sí. Y el Francis que se cebó unos mates, que está enganchado el tío dende questuvo en la Argentina, y el Carlos le dio el chupetón a lo amargo y se volvió a atar y ahí que, saltándose la última y con una secuencia distinta arriba del todo a la que el Barbas y el Gustavo hacían, encadenó. También pegó chillío, pero es que está claro que si sales de ahí yo creo que grito pegas sí o sí de tan asín que llegas. Y que octavo para el nene también hubo el domingo aquel. Con alegría.
Luego vendrían los rollos de siempre, los rollos que siempre ahí van a estar: Que si no es octavo, que si 7c+, que si poniéndole las cintas sí, que si no no, que si esto y que si aquello y que lo que ya sí que importa y por lo menos por aquí tenemos claro es que lo suyo es el bailar y que los grados nos los sudan porque son orientativos, y a volar. Y ahí se quedó la cosa.
Galayos, Rodellar. Y llegó septiembre. Y el Gustavo se quedó más tiempo en Rodellar, mes y medio ahí el tío solo después de que el Delclós se viniera y el Alex Corpas llegara y se viniera también y sin octavo aún el Gustavo. Y eso: Que fue llegar aquí el tío y nada más volver en dos días le metió el pegue bueno a la Apocalipsis, en el sector Diabólico. Y a la semana va y le pega también el pegue bueno a la Caña al mono, también en el Diabólico. Y justo ese día también el Barbas que la encadena la Caña al mono y doblete zubiético de la amistad. Sólo que ese día no hubo ni convite ni hostias porque ni uno ni otro andaban con guita.
Y, claro, ya sólo le quedaba al niñaco de los debericos de antes del verano por recuperar a vuelta de Rodellar la No tan mangui. Yallín que subimos ayer con el Lupi, que parece mentira y tiene delito que en to la vida que lleva en los Cahorros nunca hubiera subido a la Placa de Om ni a verla, no ya a trepar, sino por verla y sentarse a ver desde allí to los Cahorros, tranquilo, metiíco en tol puto cogollo del valle, y con el Felipe, un chico ecuatoriano que hemos conocido hace nada y que no veas el tío lo púo que está. Pues eso, que subimos ayer el Lupi, el Felipe, el Gus y yo. Y quel Gus y el Felipe le estuvieron metiendo a encadenar y la Luisa y el Lupi le dimos por probarla y no encadenó ni perri ayer. Se les queda para otro día. Y al Lupi y a mí para una otra tarde un poco más lejana seguro. Pero que ahí van unas foticos mientras llegan los encadenes. Del baile del Barbas no hay nada, que no hubo cámaras ni en jueves ni en domingo. Pero ayer sí. Y ahí quedan. Y Flush, si no recuerdo mal, me paece amín quera una novela de la Virginia Woolf. Y flin es cuando flin, ya te has caío y no te has dao ni cuenta. Flin.

3 comentarios:

aGEnBiTe oF iNWiT dijo...

Ole, sentidas enhorabuenas y parabienes al Barbas, que es un mostro en lo que se ponga. Habría que haberlo visto berreando cual montesa en lo alto la piedra. Se alegra una, de verdad!

Y de que vuelva usté, Luisa, demonios!!

la luisa dijo...

gracias, mostro, gracias. una alegría leerte, tocayo, y que rezume un algo asín como que se te nota bien ahí por el Flandes ese, ein? besos, l.

Anónimo dijo...

Pues hasta la polla del pepe ganivet estaba ya, y no porque no me gustara su literatura, sino porque la luisa se envagó en estas últimas semanas con lo del colgar en internet, sospechamos todos que por lo del colgar de 8cés o sietebés y demás vainas, que uno desde la capital no sabe bien qué polla es de quién ni ná, pero da igual porque uno disfruta de la aventura ajena y de la litertura propia, ques como ve la grafía de sus amigos y amigas, así tan ágil, y qué envidia. Lo de las letras y también lo del colgarse. Pero que yo soy más estar abajo en la hierba y decir copón qué coño hace ese tío, que se mata. Y que eso. Que aún no tengo claro si es el barbas vértebra de otra escisión que creo que es la luisa.