martes, enero 16, 2007

REPOSANDO UN POCO

0.

Luego por la tarde iré a echar un rato de baile al rocódromo de Armilla pa ver a la gente y quitarme el dolor de lomo carrastro dende to la semana pasá de meterle broca al tajo con el Antoñito y el Alex Corpas y aluego el sábado ya tutti questuvimos allín probándolas dos vías nuevas en los Cahorros de las que ya contaré largo y tendido más adelante otro día y el Francis metiéndole a una nueva questuvo too y, total: Questa tarde ya me toca quitarme los dolores y estirar bien del todo, pero ahora aquí me tienen vuesas mercedes tomándome un descanso curril, descanso que voy a aprovechar para ponerles aquí dos poemas 2 de dos buenas amigas mías daquín del pueblo.

1.

La señora Alina se vino de Argentina hace ya su muncho tiempo y aquí lleva leyendo incansable y sacando palante a nietos y casa y vida propia dendace ya y con más valor que donde lo fabrican y desde hace tres, cuatro años, se saca también versos de los adentros del dobladillo la falda algunas tardes. El poema que a continuación les copio a vuesas mercedes ya muy pronto tendremos la suerte de poder disfrutarlo en papel impreso y a mí dendentonceh que lo escribió y nos lo leyó siempre me trajo a la memoria una canción de cuando La Polla Records ya no eran la polla, todo hay que decirlo, pero, bueno, la canción esa de 'me he comprado una pistola', del disco creo que se llama Bocas, sólo que puesta en boca la idea de una señora de la edad de mi abuela con un arte del copón y para colmo en su lunfa porteño que de mañanas algunas, cuando me encuentra camino del curro y yo a ella del.del mercado, tanto añora y me lo dice y se lo noto. Y en fin, que no menrrollo más -disfruten el final, amín me flipa ese tranquilamente, dicho asín tan foh!- y ahí va a salud suya:

Poema en lunfa


El malevo fullero y compadrito
salió a esperar la mina que volvía
de entregar las camisas que cosía
pa’ la tienda del boncha Garabito.

-¡Shalute! -fue el recibo del compadre-.
Dame pronto la guita que es muy tarde
y no te rechiflés porque te juro
qu’embroncao como estoy voy a fajarte
como todos los días, pa’enseñarte.

La percanta sonrió ladinamente
y se acercó al matón para entregarle
el pago que el yorugua de la tienda
l’entregara por su laburo ingente.

-Tomá pa’ vos, que en esta mishiadura
no aguanto más tu trato delincuente

-y sacando el seis tiros sin apuro
al cafishio tumbó, tranquilamente.


Alina Paula Fernández Arlaud

2.

El segundo de los textos de este descanso matinal de martes es de otra señora no menos respetable y buena amiga, de la edad de mi madre o así será la Rosa, autodidacta igual que Alina y compinche suya de letras y cafeses, la Rosa Sanz. Y, bueno, que no sé qué decir deste poema que, para mí, ya es un clásico de los de toda la vida, que hasta lo hemos hecho a lo jansezion con música en la calle en más de una ocasión y to. Este no está inédito, que quedó recogido en un libro, Mientras hablamos, que hace un par de años hizo las veces de arranque de una colección de poesía costeada por las arcas municipales daquín que ahí sigue a ver qué pasa. En cualquier caso, delicioso y necesario recordar lo que nos cuenta y a quien no le gusta el ajo que se rasque y se resfríe. Ahí va también en homenaje y disfrute:

Receta


La cabeza de ajos me trajiste
igual que a Salomé la del Bautista,
un regalo cargado de nutrientes
que arregla desde el ano hasta la vista.

Unos dientes de ajo sobrepasan
el valor de una joya diamantina
y ese olor derivado del azufre
enriquece el sabor en la cocina.

En el amor, combate la flojera
mas siempre para ser bien tolerado
es preciso que a fuerza de costumbre
se lo tomen los dos enamorados.

Margarita Gautier para la tisis,
Nostradamus la peste combatía.
De la planta del ajo se desprende
la cura de cualquier osteopatía.

Una ristra de ajos tras la puerta
ahuyenta las reacciones del demonio.
No hubiera fracasado Cleopatra
de haberle dado ajo a Marco Antonio.

Pierde grandes efectos si lo cueces.
No combina con tarta o fruta dulce.
Depurando va todas las arterias,
jubilosa la sangre se conduce.

Y, claro, ya llegó la moraleja:

Incluye el ajo crudo en tus recetas
y vive con salud en esta dieta.



Rosa Sanz

3.

Y yastá. Fin de la hora del bocaíllo. Cuídenseme y, con otra mandarina, hasta esta tarde en Armilla quien se pase de cuerpo o sentimiento. Riinnngggg!!!!!

viernes, enero 05, 2007

FILISIDADEH, MAMA!

Sábado. Mediodía. Dijiembre. Las naranjas, gordicas yan el árbol, ahí me disin der zoh. Me cojo cuatro, las primericas destaño. Las exprimo. Me llenan los adentros, me escuece to la boca, delicioso el zumo, jehn. Y mestiro, me cambio, me pillo la sariana y el pendraiver destos, me olvido las llaves, recojo el cactus que voy a regalarle y tiro pa lo de mi mae, que cumple otoños hoy; me da que igual ya son 60 y to. Llego, abro. La pillo recogiendo una colada y le doy como un sustillo. Mete un repullo y se gira.

-¡Qué susto, ninia! Fuh!!
-Filisidadeh, mama.

Me sonrío. Y ella. Besicos.

-Toma.
-Oihn.

Lencantal castus. Craro que yo iba a tiro fijo porque lencantan los castus y demás suculentas, que menúa collection tié'ner patinillo dabajo.


-Mencanta, niña. Destos no tengo.otavía.
-Ya lo sén, mama. Por eso.
-Cuchi que bonico, como piedra. Y el estos arroalao yasín como moraíllo.
-Jehn. Te gusta, ¿no?
-Muncho, mucho.


Y yo tan contentica, y ella vuelve a lo suyo.


-Come rosco, niña, que hice ayer dos por la tarde pa que tu hermano se lleve y pa comer esta tarde a la merienda.
-No, mama. Gracias, ya como luego.
-Toma, come.
-Que non. Luego. Aluego lalmuerzo.
-Güeno, pos yastá. Come lo que quieras.
-Luego, mama. Que zín.


Er zoh ahí sigue dándonos, en esta cocina de guisar y comer cuatro, colándose por entre los visillos de croché blanco hueso de estas ventanas al sur cuajadas de verdes pinchúos y pétalos carnosos. Abre la ventana de al lado de la hornilla y lo pone el cactus en el alfeizar, con más. Aquín va a ser tu sitio, le dice. Y antes de girarse y cerrar lo remira y lo recoloca un poco por no sé qué razón secreta de las que tié jiempre con las plantas. Vuelve a sonreirme pero como sonriéndose para ella sola, sacándose un algo de alegría que igual se hubiera sacado pa ella sola de vuelta de la ventana aunque no hubiese habido naiden y se vuelve pal lavaderillo, con esa presurosidad elegante de las madres en sus cosas cuando no andan desquiciadas. En estas le digo que si quiere venisse a dasse una vuertica por el monte. Me disce que non, que tiene que preparar la comía, que hoy viene tol cópon a la casa. Yes verdad.


-Pos me quedo y tayúo, mama.
-Non, niña. Vetiar monti tú que pués.
-Que da iguar, mama. Si era por sacarte a tí.
-Que non, veti. Camín ya me da'r sol que nesesito tan aquín en mi cocina tranquilica.
-Que no mimporta.
-Que non, niña. Vete. Ya. Que yo guiso mejor sola.


Y qué le vas a dizir a una mae quando se pone azín. Pos na. A hacele caso, besico y adiós.


-Pos bueno, yastá. Felicidades otra vez, mamá. Questás to guapa.
-Grasias, jihn, gracias. Anda, anda. Veti, ya.ayhn!! Pos no que casi menzorvía.
-¿Er qué?
-Na: La Jo: Que la llamaras si te vía te dijera.
-Ah, fale.
-Pos yastá. Vete ya.
-Venga, mama.
-Hasta luego, primor. Y ten cuidaíco.
-Zín.


Y escaleras abajo hasta el p0rtal, cuesta arriba por la calle hasta detrás de las escuelas yendespués por el barranco en to la puta gloria senda arriba ya mientras pasan dos lavateras prejiocísimas, ahí con su cola tan simpáticas que son siempre, y me digo pal'adentro que yo quiero estar asín, como mi mae, cuando me llegue, como las lavateras cascadeñas de los Cahorros. Er zoh sigue pegando bendito esta mañana de diciembre y tengo tres horas por delante para ver pájaros chicos y bailar un rato en botas por las piedras del barranco hasta el Cortijo Balzaín. Ya luego llamaré a la Jo.